Levantarse bien temprano, cuando aun se puede escuchar el tenue chirriar de los grillos -incluso en un tercer piso de la contaminada Habana Vieja- y disfrutar de ese agradable y enmudecedor silencio, es alcanzar el climax y completar ese dormir maravilloso que acabamos de tener.Disfrutar de ese silencio sin vacilaciones, nos hace transportarnos a otra dimension -paralela o no- en la que gozamos de todos los beneficios del madrugar.
Pero no todo termina siendo de un color rosado tranquilo, no se por que motivo, pero siempre existe una persona que viene y te derrumba ese paraiso espiritual que con tanto carinno has logrado crear. Siempre existe alguien que te suelta algun comentario sin sentido en la trayectoria al trabajo. Y si asi no fuera, siempre hay alguien que aunque sea en la cola de la guagua, o esperando algun transporte o algo parecido o simplemente esperando para cruzar la calle, intenta entablar una conversacion, una conversacion banal, en ocasiones algo metafisica o filosofica, pero siempre sin sentido, solo por el simple hecho de querer ser cortez, conversador o para dejar bien claro que existe, que esta al lado tuyo, y que tiene ganas de conversar.
Por muy bueno que comience el dia, por muy agradable que parezca todo, siempre aparece alguien y te despierta bruscamente de ese suenno del que todavia no has salido, del que todavia quieres disfrutar.