lunes, 17 de mayo de 2010

Bien Sembrado

Existen noches en las que no dormimos del todo bien, ya sea producto de un dia agitado, o de algunos tragos que sobraban y que de todas formas quisimos tomar, o de alguna mala comida, o porque al otro dia nos esperan momentos que imaginamos pero en realidad desconocemos.
Pero hay un dia en especial en el que no dormimos para nada bien, incluso, no dormimos; el dia en el que somos victimas de un planton, o dicho mas educadamente, un cambio de planes repentino.
En dias asi, en los que esperamos ansiosamente que llegue el momento, hacemos todo en el trabajo con la sola idea en la cabeza que la noche que nos espera promete. En esos dias llegamos a la casa entusiasmados, con una sonrisa en el rostro, soltamos todas las cosas y empezamos los preparativos para esa cita especial. Intentamos que todo salga a pedir de boca. Nos bannamos rapido, apuramos la comida, adelantamos el vestirnos, incluso salimos casi vestidos del banno, con zapatos incluidos. Hacemos algunas llamadas y esa otra persona, por algun motivo, no esta en casa. Despues de varias horas logramos comunicar con nuestra cita. Acaba de llegar de la calle, de algun problema que se le presento, a veces ni siquiera depende de ella. Nuestras perspectivas van mermando poco a poco. Nos pide tiempo para organizarse, se lo damos. Y despues de varias horas, ya avanzada un poco la noche, nos llama diciendo que esta demasiado cansada, que no se siente de animo, que tiene problemas en la casa, que al otro dia trabaja, que tiene que adelantar algunas cosas; o cualquier otra excusa que termina derrumbando todos nuestros planes.
Llegado ese momento no sabemos que hacer, si cambiarnos y aguantar los comentarios en la casa, las miradas del resto de la familia, tragar en seco y soportar la pena de que nos hayan dejado plantado, a veces optamos por salir aunque sea a dar una vuelta a la manzana, o por desempolvar la agenda de telefonos e idear un plan de respaldo. Pero finalmente, hagamos lo que hagamos, nunca nos vamos a la cama con la satisfaccion de haber tenido un dia productivo, nunca el suenno nos invade con tan solo poner la cabeza sobre la almohada.